Comunicado del Polo de la Izquierda.

● El Neoliberalismo que se expandió tras la desaparición de la Unión Soviética se está viendo reforzado por un proceso de globalización salvaje y financiarizado del Sistema Capitalista que está provocando que la gran mayoría de la sociedad vea frustradas sus esperanzas de vida, algo relativamente desconocido en “Occidente” pero frecuente en el Sur global. Desempleo, precariedad, empobrecimiento, exclusión y desclasamiento se acompañan, en insultante contraste, de una extrema concentración de la riqueza en manos de una élite situada en la cúspide de la pirámide social. Es el Capitalismo de hoy, son los del Foro de Davos o del Club Bilderberg.
La deslegitimación social del llamado “Occidente liberal” se apareja, no por casualidad, de una espiral belicista global. Al igual que en otros contextos históricos, ante sus crisis el sistema del Capital provoca los conflictos que considera necesarios. Hoy, se trata de detener el declive de la hegemonía USA en un Mundo que se abre a la multipolaridad. Para ello, hizo todo lo necesario para conseguir un estallido bélico de alcance global en suelo europeo. Lo consiguió con la agresiva expansión, hasta las mismísimas fronteras de Rusia, de la única organización militar multinacional hoy existente, la OTAN.
Ucrania es la perfecta excusa para la quiebra histórica que presenciamos. Y nuevamente, sin que se aprecie diferencia significativa entre la Derecha política y la Izquierda oficial, el “Occidente liberal” ha impuesto una férrea censura informativa de modo que nadie cuestione su versión y quede justificado armar hasta los dientes a ultranacionalistas herederos del nazismo banderista ucraniano, entregar ingentes sumas de dinero público a un Zelenski que nutre la relación de grandes delincuentes fiscales en los “Pandora Papers”, o conceder categoría democrática y reconocimiento a un gobierno corrupto que lleva años bombardeando a la población rusófila del Este y el Sur del país, eliminando derechos y libertades y encarcelando a la oposición política.
No parece hoy posible abrir una negociación de Paz basada en los acuerdos de Minsk-2015 (ratificados en su día por la ONU). Aunque lo anhele, entre otros, el pueblo ucraniano, lo rechazan Zelenski, la UE, los EE.UU y su OTAN. Es más, aún con notables tensiones internas, acaban de decidir, Pedro Sánchez incluido, un incremento cualitativo de la escalada bélica que acerca aún más el Continente de la catástrofe. Tras perder posiciones sobre el terreno y producirse relevantes dimisiones en el Gobierno Zelenski, bastó con que la rusófoba Comisión Europea dijera que “Rusia no debe ganar” para que acordaran echar más leña al fuego con el envío de blindados y todo tipo de armamento pesado. Optan por extender y cronificar el conflicto en la esperanza, cada día más vana, de provocar la asfixie economía, la fractura social y el vuelco político en Rusia, antesala de otro objetivo geopolítico nada menor: el debilitamiento de China. Entretanto, amasan los jugosos dividendos que les produce la situación mientras a los pueblos europeos les toca soportar las costosísimas derivadas de un conflicto que recuerda lo preciosa que es la Paz y lo urgente que es detener a la OTAN y demás Sres. de la Guerra.
Paralelamente, las opciones políticas más ultras se extienden (Francia, Suecia, Italia, Eslovaquia, Israel, España, etc); se Otaniza una UE gangrenada de corrupción y despilfarro; se persigue y masacra impunemente al pueblo Palestino y se traiciona al Saharaui; se militariza el Ártico y se multiplican las agresiones, desestabilizaciones, provocaciones y conflictos de intensidad variable por todo el Planeta.
El Mundo está muy grave. Se halla ante una encrucijada civilizatoria: Multipolaridad, Paz y Progreso frente a Unipolaridad, Guerra y Barbarie. En consecuencia, el Polo de la Izquierda llama a todas las fuerzas democráticas a intensificar y reforzar las movilizaciones y lucha por la Paz, la reducción del gasto militar, el desmantelamiento de las bases militares extranjeras, el Desarme y la disolución de la OTAN. Esa es hoy la vía para alcanzar la emancipación de los pueblos del Mundo.

● En España, este nuevo año abre un prolongado ciclo electoral. En mayo, Ayuntamientos y buena parte de las CC.AA. A final de año, las Elecciones Generales. Y en mayo del 2024, las Europeas. Procede pues iniciar una reflexión política sobre la legislatura que se inició con las Elecciones Generales del 10 Noviembre del 2019 y su concreción orgánica, en enero 2020, con la constitución del Gobierno de coalición, autodenominado “Gobierno de Progreso”.
Los progresistas del país recordamos la alegría que despertó la Moción de censura que apartó al PP del Gobierno. Poco tardó Pedro Sánchez en rebajar esperanzas. Para formar gobierno, hizo lo que un político decente jamás debe hacer: mentir y engañar al electorado: hacer al día siguiente del escrutinio exactamente lo contrario de lo anunciado en campaña electoral. Lejos de optar por la coherencia y, como fuerza política más votada, proponer un Gobierno en solitario (modelo practicado exitosamente en Portugal) incorporó al Populismo en el Gobierno. Además, como tampoco así le salían las cuentas, acordó la investidura con todo el Nacionalismo-secesionista del país : BNG, PNV, ERC, EH.Bildu, Junts, CUP, etc. En resumen, si bien la legalidad del Gobierno no está en discusión, no es menos cierto que todo ese apaño pos-electoral no fue validado por la mayoría ciudadana en las urnas.
No fue la mayoría ciudadana la que decidió que la vida política del país dependiera de quienes justifican o relativizan la aún reciente actividad terrorista de ETA, de quienes promovieron el golpe constitucional del “procès” en Cataluña, de quienes lo respaldaron y de quienes exigen para España un “derecho de autodeterminación” que no tiene amparo alguno en la Resolución 1514 de la ONU. No fue la mayoría ciudadana la que elevó a un protagonismo político central a buena parte de los profesionales del sectarismo, de la intolerancia, de la polarización y de la agresión. Obsesionados con la liquidación del “régimen del 78”, todos ellos persiguen, medio siglo después, una especie de “contra-transición” que no explican claramente y que bien pudiera afectar a las bases constitucionales de la convivencia democrática que alumbró la Transición política, especialmente protagonizada por una masiva intervención popular.
En buena medida, es por ello que el andamiaje político-institucional, especialmente divisionista y desestabilizante, se vio rechazado en todas y cada una de las elecciones celebradas durante esta legislatura. Con excepción de Cataluña (donde la complicidad con el nacionalismo le proporciona determinados apoyos), en Galicia, Euskadi, Castilla y León, Madrid y Andalucía, en todas ellas el PSOE, Yolanda Díaz y Unidas-Podemos han resultado castigados, registrando incluso auténticos varapalos electorales en territorios tan significativos como Galicia, Madrid o Andalucía.
Y es que, como es el caso, cuando las ambiciones políticas dejan de ser legítimas, cuando se desbocan y acaban devorando valores, principios, comportamientos y ética propios de quienes se reclaman del progreso social, la resultante no es otro que el descédito y la auto-destrucción política de la Izquierda.
Esencialmente, las Derechas no crecen por méritos propios. Crecen cuando la Izquierda deja de ser izquierda. Cuando, por ejemplo, se vuelve Otanista y se pasa al campo de la Monarquía alauita. La amalgama gobernante del país, compuesta de un Social-liberalismo entregado a un Populismo excitado y a un Nacionalismo crecido, resulta tan aventurera y destructiva que el único beneficiado de su acción de gobierno está resultando ser la Derecha más genuina.

● Sin embargo, todo indica que no existe la más mínima intención de enmendar o corregir. Apenas iniciado el año electoral que nos aguarda, las trincheras ya están cavadas, los rifles engrasados y las tropas disparando. Para unos, se trata de cerrar el paso al “fascismo”. Para otros, de echar al “social-comunismo” del Gobierno. Nada menos. Es más, el Pdte. del Gobierno, ante el foro de Davos, acaba de rematarlo comparando la confrontación electoral española con la guerra en Ucrania.
Es sin duda mucho más cómodo trasladar discursos de carácter bélico y frentista, utilizando al adversario político como coartada de una clamorosa insolvencia política. Discursos binarios, maniqueos, de brocha gorda, que apelan al miedo, alimentan lo visceral y primitivo e invitan a un “mal menor” que suele ser siempre mal y nunca menor. En claro detrimento de la convivencia y salud democrática del país, el debate público entre proyectos políticos distintos no encuentra ya espacios de coincidencia y acuerdo, sino que se está viendo sustituido por un afán de noquear, descalificar y eliminar al rival en el que absolutamente todo vale, incluido el fomento de la desmemoria.
Los trabajadores no olvidamos lo sucedido, por ejemplo, con la Reforma laboral. Recordamos que, en mayo del 2020, el PSOE, Unidas Podemos y EH-Bildu firmaron en el Congreso un Acuerdo para la derogación íntegra de la Reforma Laboral del PP-2012, lo que permitió contar con los votos batasunos para la votación de prórroga del Estado de Alarma frente al Covid. Horas después, ese acuerdo fue desautorizado por el Pdte. del Gobierno. Después, lo que la Sra. Yolanda Díaz llevó al Congreso fue una mini-reforma laboral que, sin tocar en nada la de Zapatero-2010, — de la que dijo que merecía una Huelga general –, mantiene lo esencial de la del PP: el despido sigue siendo libre (sigue la improcedencia, con lo que la readmisión no es obligatoria), no se recuperan los salarios de tramitación, no se recoge la indemnización por despido improcedente, los Eres se pueden tramitar sin la preceptiva autorización administrativa, etc. Asimismo, la lucha contra la precariedad laboral parece quedar reducida a denominar fijos-discontinuos lo que eran contratos temporales.
Al tiempo, España exhibe las más altas cifras de paro de la UE, un millón son parados de larga duración; el 40% de los parados jóvenes de la UE son españoles, ostentando además el lamentable record comunitario en paro femenino (18%). Uno de cada cuatro ciudadanos se encuentra en situación de pobreza, multiplicándose las “colas del hambre” y disparándose las tasas de la desigualdad y de la exclusión social. Los accidentes laborales alcanzan niveles record, con 680 trabajadores fallecidos en el 2022. La escándalosa carestía de la vida, de los servicios y productos más básicos, envenena la vida de la mayoría social del país, ante lo que el Gobierno responde con un paliativo “decreto anti-crísis” que, lejos de afrontar las causas del problema, se limita a aliviar sus efectos con mini retoques fiscales y algún que otro cheque. Al tiempo, la vivienda se vuelve inalcanzable y las hipotecas cada vez más disparadas. Nuestro Sistema público de Pensiones percibe ya la amenaza que suponen las exigencias que al respecto impone la UE en países vecinos y los “fondos europeos” para la Reconstrucción no acaban de llegar a sus necesitados destinatarios, ya que son objeto de una utilización partidista bien protegida por un espeso obscurantismo oficial. En fin, se aprueban unos Presupuestos – 2023 que ningún organismo solvente comparte. La OTAN sí, ya que recibe 22.000 millones de euros.
También recordamos la reforma del Artículo 135 de la Constitución, pactada una noche del 2011 entre el Gobierno Zapatero y el PP de Rajoy y que garantiza por vía constitucional la primacía de los principios neoliberales de Estabilidad Presupuestaria frente al gasto social público. Reforma de la que, curiosamente, no se habla y que este Gobierno mantiene en vigor, lo que está lejos de ser inocuo, dadas las inquietantes perspectivas económicas que se vislumbran y la descomunal Deuda pública acumulada (la UE en el 89% del PIB y España en el 117,8%).

● El Polo de la Izquierda saluda no obstante que los más de 9 millones de pensionistas reciban al inicio de este año electoral una actualización del 8,5%, en muy buena medida gracias a la lucha que el Movimiento Pensionista viene impulsando. Saluda también que se hayan promovido positivas medidas como el IMV, la subida del SMI, etc, sin por ello desconocer que la copiosa propaganda gubernamental supera con mucho la efectividad real de tales medidas. Los muy repetidos “nadie quedará atrás” o “escudo social” no consiguen ensombrecer dolorosas realidades como las ya señaladas o, por ejemplo, el muy lamentable balance en la gestión de la pandemia, la profunda crisis que aqueja al atomizado Sistema Sanitario Público, el caos en Servicios públicos tan sensibles como son la Inspección de Trabajo y la Seguridad Social, o el descontrol en el SEPE con la tramitación y pago de multitud de ERTES.
Cuando, además, se alienta el descrédito a la Transición Democrática del 78 y a la Constitución; cuando se indulta a los que intentaron quebrar la integridad territorial de España; cuando se alimentan los privilegios al Nacionalismo provocando mayores desigualdades entre españoles; cuando se tolera la persecución al idioma común de todos; cuando al igual que la Derecha se manosea y condiciona al Poder Judicial; cuando se promueve un feminismo integrista que borra a las mujeres; cuando se impone una política educativa doctrinaria; cuando se legitima el discurso del separatismo (hay que sacar el conflicto catalán de los juzgados); cuando se usan los recursos públicos y fondos UE para favorecer a los afines; cuando reaparecen “puertas giratorias” y nepotismos; cuando se reforma el Código Penal para satisfacer a separatistas y malversadores; cuando se necesita que más de 300 agresores sexuales y pederastas se vean beneficiados para que el Presidente se avenga a corregir una chapucera Ley del Gobierno; cuando se apela a “comités de la verdad” o se sugiere no informar de las perversas consecuencias del “Si es Sí”; cuando todo eso ocurre, no es de extrañar que se descompongan las relaciones políticas, se debilite el Estado Democrático y se quiebre la convivencia democrática entre españoles que alumbró la Transición

● Es difícil igualar la diabólica cascada de episodios y dislates que están provocando una descomposición política desconocida en nuestra aún joven Democracia. Descomposición que nace del mismísimo Gobierno y que la cercanía electoral agrava aún más. No hay prácticamente ningún asunto de los que trata que no genere públicos desacuerdos, clamorosas deslealtades o descalificaciones entre sus ministros. Parecen discrepar en casi todo pero sin embargo comparten el mismo Gobierno, de modo que degradación ética, oportunismo electoral y filibusterismo político cabalgan a sus anchas en un Gobierno que las hipotecas transformaron en algo parecido a una “jaula de grillos”.
Que la Derecha en sus distintas versiones prefiera faltar a la verdad, la opacidad, la crispación y la descalificación en su manera de hacer política no resulta sorprendente. Forma parte de su conocido ADN histórico. Lo que es del todo lamentable es que la izquierda oficial, la del Gobierno de coalición, se preste a tales conductas, alimentando con ello un clima social que sólo beneficia a las Derechas.
Validando aquello de “el fin justifica los medios”, este Gobierno utiliza métodos que ofenden la conciencia de la gente decente. En una mezcla de doble moral, engaño, opacidad, prepotencia, altanería y provocación, este Gobierno no hace sino exhibir una decadencia ética y política de tal envergadura que llega a producir situaciones inverosímiles. ¿ A quién se le ocurre recibir solemnemente al Pdte. Macrón el mismo día que, a llamamiento unitario de los ocho principales sindicatos de Francia, millones de personas ocupan las calles contra su antisocial Reforma de Pensiones ?. Sólo se le ocurre a quienes renunciaron a la Solidaridad de clase que identifica a la Izquierda real.
Esa es precisamente la Izquierda que falta en el panorama político del país. La Izquierda alternativa, moderna, seria, fiable y de clase. La Izquierda a la altura de los asalariados y del conjunto de las clases populares.
En un Mundo incendiado, una UE descompuesta y una España a la deriva, el Polo de la Izquierda está decidido a contribuir al apremiante reto marxista de repensar y redefinir un nuevo Proyecto político de la Izquierda, acorde a las nuevas realidades que vertebran la Sociedad actual.
Una reconstrucción política que se pretende responsable, consecuentemente combativa frente a la Derecha histórica, española o nacionalista, y que, sin despreciar en nada los procesos electorales que vertebran nuestra Democracia, no se verá sin embargo supeditada a calendario electoral alguno, a cortoplacismos y premuras que éste pudiera provocar, dejando en todo caso claro que el Polo de la Izquierda no respaldará ninguna oferta electoral directamente vinculada a la gestión de este Gobierno.

Madrid, enero 2023.

Polo de la Izquierda – Foro de colectivos.

Suscriben: Socialismo 21; Plataforma de Izquierdas; Plataforma contra las Guerras;  Partido Feminista de España; Izquierda Necesaria; y AIREs – La Izquierda

Related Post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *