DESPUÉS DE LAS ELECCIONES EUROPEAS, ¿ QUÉ ?

La irresponsable demolición político-constitucional y degeneración moral que en todos los órdenes de la vida pública y de la convivencia democrática está provocando Pedro Sánchez y su gobierno de coalición ―transformando el país en algo parecido a una “ciudad sin ley” gestionada de manera ciertamente despótica plantea al menos dos grandes apremios para la salud democrática del país, la igualdad y el bienestar de sus gentes: superar la evidente orfandad política que sufre la Izquierda y librarnos cuanto antes de este gobierno. Por complejos y delicados que hayan sido los escenarios políticos afrontados, nunca en los últimos 45 años la Izquierda se ha visto tan ausente, debilitada y desfigurada como hoy.

El agotamiento de las estrategias de raíz keynesiana y la patente crisis de la socialdemocracia tradicional, así como el súbito desplome y acentuada irrelevancia política de la histórica izquierda emancipadora se manifiestan en nuestro país en forma de un batiburrillo llamado “mayoría de investidura” en el que pululan, en torno a la versión más decadente y autoritaria del social-liberalismo, desde la aparente radicalidad populista hasta la totalidad del mundillo nacionalista, incluida su expresión más etnicista y reaccionaria. La resultante es ya evidente: ha quedado desnutrido y arrasado el territorio de la Izquierda, lo que conduce por vía de consecuencia al auge de las opciones de la Derecha conservadora.

Estas vienen siendo las motivaciones por las que colectivos, activistas y militantes de izquierda de orígenes diversos y similares inquietudes decidieron activar un proceso de reflexión y debate con un único objetivo: trascender la procedencia grupal de cada uno y poner en marcha una dinámica política plural susceptible de recuperar y unir a la Izquierda, convencidos de que la transformación social emancipadora no se contiene en una única formación política. La diversidad es un rasgo distintivo de la Izquierda como universo político de las clases trabajadoras y expresión de una pluralidad social y cultural. La confluencia de esa rica diversidad es necesaria para producir mayorías de transformación social emancipadora.

Desde la coincidencia en torno a esas coordenadas básicas y por iniciativa de siete colectivos y de varias destacadas personalidades de la Izquierda se constituyó, a mediados de julio 2022, el Polo de la Izquierda – Foro de colectivos.

Absolutamente decidido a combatir las funestas prácticas del “todo vale”, el Polo aboga por que la Izquierda se reencuentre con la ética en el ejercicio de la política, con el imperio de los valores que le son consustanciales, con su identidad de clase y con su capacidad de introducir toda la Democracia posible en el quehacer público.

La Izquierda no es sólo diagnóstico y crítica. Principalmente, la Izquierda es propuesta. Activar y movilizar voluntades requiere que su cuerpo propositivo sea de actualidad, practicable y creíble. Por muy laborioso que resulte, se trata de enfrentar, desde bases marxistas, el conjunto de las complejas nuevas realidades para recuperar su capacidad de promover una perspectiva de transformación profunda de nuestra sociedad que esté orientada por los intereses de la mayoría social trabajadora del país.

Con la explícita voluntad de contribuir a reconquistar el discurso y la intervención política, el espacio cultural y el territorio militante de las consciencias progresistas, el POLO DE LA IZQUIERDA formula la siguiente propuesta básica para la construcción de

LA IZQUIERDA PARA UN NUEVO TIEMPO

Declaración y propuesta del Polo de la Izquierda para un debate nacional sobre los principales problemas de España y sus alternativas desde una perspectiva de transformación profunda de nuestra sociedad que esté orientada por los intereses de los trabajadores y trabajadoras de todo tipo y de la mayoría social.

Esta propuesta de debate nacional del Polo de la Izquierda, en su condición de foro de debate de colectivos y personas que se identifican con la izquierda, parte de la consideración de que nos encontramos ante una nueva situación política que no está siendo suficientemente valorada por la izquierda institucionalizada y que exige una respuesta constructiva desde el punto de vista ideológico y político. Las condiciones de ese debate son que sea amplio, abierto y democrático. Con ese objetivo apuntamos el planteamiento de cuestiones que consideramos principales, aunque no sean las únicas, sin adelantar soluciones que sólo pueden surgir de la discusión entre todos. Por ello, en esta Declaración, se trata de exponer aquellas realidades nuevas en aspectos significativos que pueden ser estructurantes del debate y contribuir a un resultado útil para una nueva práctica política de la izquierda.

1.- Del mundo bipolar, que se convirtió en unipolar tras la desaparición del socialismo en la URSS y otros países europeos, estamos en pleno proceso de transformación en un mundo multipolar, proceso acompañado de múltiples contradicciones, incluso militares, como la guerra de Ucrania y la agresión sionista al pueblo Palestino. El imperialismo estadounidense se resiste por todos los medios a la pérdida de su hegemonía política, económica, militar y científica, y a la creciente desdolarización de las relaciones económicas internacionales. Lo hace con prácticas que conllevan el riesgo de un conflicto mundial.

Este mundo multipolar está desvelando Estados con creciente capacidad de autonomía política. Además de China y la Federación Rusa, podemos citar Irán, Turquía, Brasil, India, Sudáfrica, etc. La Unión Europea se limita a un papel subordinado a los Estados Unidos, mientras que cada vez un número mayor de países se incorporan a organizaciones de nuevo tipo como los BRICS.

Pero debemos ser conscientes de que esa multipolaridad, si bien defiende unas relaciones internacionales respetuosas con la realidad de cada país y sustentadas en el beneficio mutuo, no se está abriendo paso objetivamente sobre la base de criterios de clase, sino esencialmente sobre intereses nacional-culturales.

Por todo ello parece necesario que la izquierda se plantee nuevas formas de inserción en el mundo que incluyan análisis más detallados de la práctica política de otros países, análisis que no pueden conformarse con una valoración global de dicha práctica, sino con una aproximación más compleja, ya que se requiere un conocimiento más completo para fundamentar una relación que a la vez que es respetuosa sea también clara y útil. En este marco es especialmente necesario redefinir el papel de España en la Unión Europea de forma que se concrete la idea de “otra Europa es posible”, las políticas para avanzar en esa dirección y las alianzas necesarias para lograrlo.

2.- La democracia liberal representativa o, como también se puede denominar, la democracia burguesa, padece una profunda crisis. Al revés de lo que defiende la ideología dominante, no es el populismo la causa de esa crisis, sino su consecuencia. Ciertos sectores políticos están sabiendo capitalizar la confusión y los miedos que esa crisis genera para ofrecer salidas reaccionarias. Más que otra cosa, esas fuerzas pueden ser identificadas, como se hizo en la II República, como “la reacción”. Reacción ante cualquier política que signifique avance social, mayores derechos y mejoras democráticas.

Pero poner parches en la crisis de la democracia liberal no es la tarea política que debe encabezar la izquierda. La democracia deber ser defendida, pero el liberalismo, y más precisamente el neoliberalismo, debe ser combatido porque ya no puede resolver los intereses de la mayoría social. La superación de esta contradicción sólo puede estar en la profundización de la democracia y su extensión a los derechos sociales, económicos, culturales, políticos y participativos. La izquierda transformadora debe concretar tanto el desarrollo y profundización de los derechos conquistados como un programa de nuevos derechos y no confundirse con las posiciones “iliberales” que aplican las fuerzas populistas reaccionarias.

3.- La cuestión territorial en España, con profundas interferencias en aspectos institucionales y políticos, plantea la necesidad de abordar importantes modificaciones incluso constitucionales. En los acuerdos firmados entre el PSOE y fuerzas políticas independentistas la cuestión más trascendente no es la amnistía, sino los acuerdos políticos y económicos comprometidos. El problema es que el PSOE ha sido incapaz de argumentar que no se trata de una mera transacción a cambio de los votos necesarios para la investidura de Pedro Sánchez, y esto se debe a que en el seno de la dirección socialista tampoco había una idea diferente de la de “hacer de la necesidad virtud”, que conduce al mismo relato utilizado por la derecha y la reacción. Nosotros defendemos con firmeza la unidad estatal de España y denunciamos la incapacidad histórica de la burguesía españolista y las demás burguesías (la catalana y la vasca, principalmente) para resolver en España el problema, como se hizo en Francia, Alemania o Italia en su momento. Somos conscientes de que en la fase que se abre corresponderá a la izquierda encabezar el avance en propuestas democráticas integradoras en el marco que consideramos más adecuado de una República. Caminar en esa dirección exige superar el llamado Estado de las Autonomías con propuestas claras de competencias reconfiguradas tanto para el Estado central como para las comunidades autónomas bajo el principio de igualdad de derechos y obligaciones para todos los ciudadanos.

4.- El llamado “Estado del bienestar” es un concepto que continúa en uso, pero que ya no existe como realidad ni podrá resurgir. Las circunstancias históricas que lo generaron en los países capitalistas desarrollados ya no se dan porque no existe un campo socialista que sirva como influencia para aconsejar concesiones significativas al mundo del trabajo y a la mayoría social.

Hoy el factor determinante es la Unión Europea y sus condicionantes, esencialmente neoliberales. Por tanto, el elemento de contraposición es un programa de democracia económica y social realista en el camino hacia una sociedad sin explotación, posible a partir de la movilización y la organización sociales y dialécticamente vinculado a la construcción de otra Europa como objetivo.

5.- El cambio climático y el agotamiento de recursos naturales son uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos. Los límites de nuestro planeta, nuestro medio natural de vida, han sido forzados por el capitalismo y ello pone ya en grave riesgo la vida de millones de personas, a la par que hace peligrar muchas sociedades humanas.

El constante intento de hacer negocio con este desafío, en lugar de buscar soluciones reales, está en la propia esencia del capitalismo. De aquí el resultado de las constantes cumbres internacionales dedicadas a este tema, culminado en la reciente COP 28, presidida por los mayores responsables de la situación en la que estamos y en la que, una vez más, se ha recurrido a paliativos y medidas no obligatorias. Al tiempo que en sus pasillos se cerraban tratos billonarios para seguir adelante por el mismo camino de siempre.

Nos toca a nosotros, en la izquierda, organizar la lucha para detener esta ruta al desastre. Para ello es imprescindible proteger a quienes no contribuyen a la catástrofe e impedir la actuación de quienes sí lo hacen, además de tener en cuenta las realidades científicas. La causa del medio ambiente no puede triunfar más que de la mano del anticapitalismo.

6.- El problema migratorio se ha convertido en un factor importante en las sociedades actuales, cuya solución desde los criterios tradicionales de la izquierda es cada vez más compleja y amenaza con convertirse en fuente de crecimiento para las fuerzas reaccionarias. Las derechas abordan la cuestión con una hipocresía radical: hay inmigrantes buenos, como los cientos de miles procedentes de Ucrania que han sido acogidos y ayudados en la UE, o los que tienen capacidad económica para invertir, y emigrantes conflictivos y peligrosos como casi todos los demás.

Abordar con criterios solidarios el problema no es una tarea fácil desde la izquierda. La migración es generalmente una tragedia: tragedia para los países de origen donde se pierden cientos de miles de personas entre las más preparadas y con mayor capacidad de iniciativa, tragedia sobre todo para los migrantes mismos, víctimas de las mafias y con condiciones de vida muy difíciles, cuando no de muerte, y serias dificultades para los países de tránsito y destino, que difícilmente pueden situar su acogida en el nivel de “papeles para todos”.

España ha sido históricamente un país de emigración, y por ese conocimiento más próximo podemos disponer de una comprensión mejor de los problemas de la inmigración. Se trata de hallar soluciones de fondo que conduzcan al avance de un nuevo modelo de relaciones internacionales que abandone la explotación de las riquezas de otros países y los modelos de desarrollo desigual. Evidentemente, esa es una tarea a largo plazo, que será mera retórica si no aportamos soluciones más inmediatas y concretas. Proponemos considerar como objetivo prioritario la lucha contra las mafias del tráfico de personas, requiriendo incluso la colaboración en ello de los mismos inmigrantes, lo que permitirá seguramente una importante disminución del número de llegadas. Por otra parte, es necesaria una lucha ideológica mucho más seria para combatir el relato de las fuerzas reaccionarias en cuestiones como delincuencia, “me quitan el trabajo”, “tienen más ayudas que los españoles”, etc. Finalmente, hay que hacer más eficaces y justos los instrumentos de regularización.

7.- La batalla contra las demandas identitarias es crucial para la izquierda también en España. El desvío hacia pequeñas contradicciones cuya satisfacción no cambia la estructura del poder social oculta las contradicciones de fondo que continúan siendo la contradicción de clase y, muy vinculada a ella, la lucha feminista.

En este sentido consideramos necesario conformar una definición de las clases sociales adecuada a las relaciones de producción más modernas. Mientras la definición de burguesía no ha generado grandes problemas en el campo de la izquierda como la clase poseedora de los medios de producción que compra mediante el salario la fuerza de trabajo (independientemente de que puedan tenerse en cuenta divisiones como, por ejemplo, pequeña burguesía o burguesía rentista), conviene perfilar, siguiendo a Marx, la clase trabajadora como la clase que se ve obligada para subsistir a vender su fuerza de trabajo, diferenciando entre la clase en sí (objetivamente comprendida en esa definición y, por tanto, mucho más extensa de lo que habitualmente se piensa y no diferenciada esencialmente por la cantidad de su salario) y la clase para si (constituida por aquella parte de la clase en si consciente de su situación y de su papel histórico y social). Ello permite relativizar ciertas diferenciaciones identitarias como el precariado y otras que difuminan y debilitan la lucha.

De forma semejante planteamos rechazar la filosofía queer separando el movimiento feminista de las reivindicaciones identitarias derivadas de las opciones de diversidad sexual LGTBIQ+.

Esta declaración―propuesta de debate se limita a estos siete puntos como un esquema de temas de discusión que puede ser ampliado y cuya finalidad es que sean enriquecidos con resultados concretos y definidos. Esos resultados deberían constituir un marco de referencia ideológico y político común sin la pretensión de constituirse en programas electorales, de gobierno o de práctica política, cerrados y obligatorios para ningún partido, grupo, colectivo o persona individual de los participantes en el debate.

POR UNA EUROPA DEMOCRÁTICA Y SOBERANA

Preámbulo

Frente a una Unión Europea que condena a la precariedad económica a sus pueblos, especialmente a los del SUR, que en su arquitectura es absolutamente asimétrica, que tiene en su corazón la imposición del dogma neoliberal y se ha convertido en una periferia subalterna de los intereses estadounidenses, los integrantes del Polo de la Izquierda nos comprometemos a defender en el Parlamento Europeo los intereses de clase y democráticos del pueblo español, a partir de los siguientes ejes programáticos:

Democratización de la UE:

Los Tratados que conforman la Unión Europea son profundamente antidemocráticos y basados en la ideología neoliberal en su orientación económica. No en vano, el anterior Presidente de la Comisión, ante los varapalos de la ciudadanía a la propuesta de una Constitución, se permitió avisar de que no habría decisión democrática en cuanto a los tratados de la UE. Esa es la tónica de la Unión y algo que debe ser cambiado de raíz.

Sobre la base de un nuevo establecimiento de competencias que salvaguarde la soberanía económica y política de cada uno de los Estados europeos, exigiremos que la iniciativa legislativa repose sobre el Parlamento y no sobre la Comisión como lo ha sido hasta ahora. Que la misma Comisión sea electa democráticamente y controlada por el Parlamento y la ciudadanía. Todos los mecanismos llamados “independientes” que se imponen a los países miembros deben ser democratizados y fiscalizados, colocados bajo control directo del Parlamento Europeo.

Nos opondremos al dogma neoliberal que blinda los tratados y a todas las políticas de recortes que se camuflan bajo el eufemismo de “austeridad”. Los Estados deben recuperar su soberanía para construir una asociación regional que no entronice la injerencia de mecanismos oscuros y no controlados democráticamente, para poner en el centro al ciudadano y no al capital.

Política Exterior y de Defensa:

La UE debe dar un giro total para abandonar la sumisión a EE.UU. que la convierte de facto en una periferia subalterna estadounidense. Debe abrazar el mundo multipolar y ser un actor que, en el marco del Derecho Internacional y bajo la observancia incondicional de la Carta de las Naciones Unidas, contribuya a un mundo basado en relaciones soberanas, de cooperación y de paz De acuerdo con la legalidad internacional, las sanciones internacionales sólo pueden ser impuestas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por lo cual exigiremos el abandono inmediato de las ilegales e ilegitimas medidas de coerción unilaterales, llamadas sanciones, que se han convertido en la política exterior angular de la UE contra los países que marcan como objetivo los EE.UU. y sus adláteres.

Construcción de una política de seguridad colectiva en Europa independiente, sin injerencia de ninguna potencia extraeuropea y que incluya a los países de su vecindad, al Este y en la riberas mediterráneas. Sin que ello signifique emprender una carrera armamentista y militarista europea disfrazada de una falsa autonomía con respecto a los EE.UU., como defiende hoy día la presidenta de la Comisión Europea.

Política de cooperación, sin imposición de mediadas de ajuste ni injerencia en la política interna, siendo preferente con los países del Sur Global y con los que sufrieron el colonialismo europeo.

Salida de los Estados miembros de la UE de cualquier alianza militar extraeuropea, con especial señalamiento a la OTAN, cuya finalidad es poner las capacidades militares europeas al servicio de los intereses geopolíticos de los EEUU.

Cierre de cualquier base militar extranjera establecida en suelo europeo. Prohibición del almacenamiento de armas nucleares extranjeras en los países que no las posean dentro de su arsenal nacional.

Prohibición del comercio de armas con todos los países que incumplen la Carta de las Naciones Unidas. Observancia estricta y con transparencia de las directivas europeas sobre venta de armas y material de doble uso.

Disminución de los presupuestos militares. Reafirmar y cumplir la prohibición de gasto militar en los presupuestos de la Unión Europea y eliminación inmediata de los mecanismos que, apelando a una supuesta paz, son instrumentos para la venta de armas a países en conflicto, como ejemplifica el suministro de armamento letal al gobierno emergido a partir del golpe de Estado en Ucrania en 2014.

Democratización del Servicio de Acción Exterior (SEAE).

Economía:

Control del Banco Central Europeo por parte del Parlamento Europeo, medida extensiva a todos los Bancos Centrales de los países de la UE, que pasarán a depender principalmente de sus parlamentos nacionales. Fin de las políticas de austeridad. Reordenación económica y productiva en aras de acabar con el modelo de la UE de centro y periferia diseñado por el Tratado De Maastricht. Contribuir, a través de políticas reales y con la participación del Banco Europeo de Desarrollo, a la reindustrialización de los países del sur europeo, como inicio de la construcción de una economía europea sin asimetrías.

Planes de urgencia contra la pobreza, a favor de la vivienda social y los trabajos garantizados.

Elaboración de un auténtico presupuesto común a todos los países de la UE que incluya una fiscalidad progresiva común.

Fomento y defensa en toda la UE de un sistema público de pensiones y prohibición de cualquier tipo de sistema privado.

Avanzar en la creación de un sistema sanitario europeo público, controlado democráticamente y con iguales prestaciones en todos lo países de la UE.

Política de Empleo:

Reconocimiento legal de todo convenio colectivo negociado y firmado por cualquier sindicato afiliado a la CES (Confederación Europea de Sindicatos) en su sector de aplicación. Estricta prohibición de que los trabajadores, sea cual sea su nacionalidad, de cualquier sector sean empleados por debajo de las condiciones legales establecidas en el Estado en el que trabajan efectivamente. Establecimiento de unas normas mínimas europeas en materia de condiciones de trabajo, salarios, salud laboral y pensiones de jubilación, adaptadas a la situación de cada Estado de la UE.

Inmigración:

Estricto cumplimiento de la normativa internacional, aprobada por las Naciones Unidas, sobre los derechos de todos los inmigrantes. Establecimiento de una política europea de visados de trabajo, concedidos directamente en las representaciones consulares de los Estados de la UE, que permitan la entrada regular y sin riesgo en el territorio de la UE. Reconocimiento explícito del derecho a que cualquier demandante de protección y asilo vea su solicitud examinada por un juez, al tiempo que es siempre representado ante dicho juez por un abogado de su elección.

Mujer:

Aplicación efectiva de lo establecido por el Convenio de Estambul, herramienta jurídica internacional para combatir la violencia contra las mujeres, con especial énfasis en la vulneración de derechos de las mujeres y niñas inmigrantes y refugiadas.

Derechos Sociales:

Exigiremos transparencia en las actividades de los lobbies privados en el Parlamento Europeo como primer paso para la prohibición de su actividad, pues son una injerencia del poder económico privado en las decisiones de las y los eurodiputados. Asimismo, trabajaremos para que las instituciones europeas estén abiertas a los sindicatos de clase y a los movimientos sociales. Europa tienen que construirla sus pueblos y sus ciudadanos desde abajo y democráticamente.

Libertad de Expresión,/Información y Política Digital:

La situación en la UE con respecto a la libertad de información y expresión es deplorable. Apelando a una supuesta seguridad que sirve a los intereses de los EE.UU., se han censurado medios de comunicación y se prohíben incluso manifestaciones o expresiones públicas de solidaridad con los pueblos que son atacados por la OTAN o sus aliados.

La Unión Europea, con la excusa de combatir la “desinformación”, pretende restringir nuestros derechos y aumentar el control sobre las redes sociales. Nos opondremos a esta deriva totalitaria. Reclamaremos la libertad de Julian Assange, Pablo González y otros comunicadores sociales y de prensa, para que puedan seguir desarrollando su imprescindible trabajo. La mordaza ha de caer y contribuiremos a ello desde el Parlamento Europeo. Apoyaremos todas las iniciativas legislativas encaminadas a la protección y libre expresión de los usuarios de Internet frente a las intromisiones de Estados y grandes empresas en su privacidad y frente al uso comercial de sus datos.

Servicios Sociales:

Los servicios públicos estratégicos deben ser defendidos y blindados ante cualquier política de recortes, eufemísticamente camuflada bajo una supuesta austeridad. Los recortes en Sanidad matan, y lo hacen selectivamente, afectando a la población que no puede permitirse acceder a la sanidad privada. Actuaremos para poner freno a los marcos europeos que encubren esta situación y que apuntan hacia la privatización de nuestra sanidad. Lo mismo pasa con la Educación: la educación pública debe ser protegida, ya que la misma es el instrumento idóneo para la formación de una ciudadanía consciente e instruida, independientemente de sus capacidades económicas. El transporte público es otro de los pilares que ayudan a la consolidación de un marco común de convivencia. Nos opondremos a las privatizaciones que se enmascaran en una falsa competitividad. El Estado debe tener a su cargo los servicios públicos básicos.

La vigilancia y, en su caso, la aplicación de sanciones por incumplimiento en materia social deben ser tarea prioritaria de la futura Unión Europea.

Agricultura y Pesca:

La Política Agraria Común (PAC) y la Política Pesquera Común (PEC) son mecanismos que deben ser modificados de raíz. Respaldaremos todas las iniciativas encaminadas a reformar estos marcos normativos en una dirección que beneficie a nuestros campesinos y marinos, con especial atención a las cooperativas, y eliminando las subvenciones que benefician a los grandes propietarios. Apoyaremos todas las propuestas en favor de la soberanía alimentaria nacional y de una producción que cumpla con la protección medioambiental y con los derechos de los ciudadanos frente a la omnipresencia de los emporios multinacionales que controlan el mercado alimentario.

Política Medioambiental:

Disminución planificada del consumo energético proveniente de cualquier fuente de energía. Imposición de fuertes cargas fiscales al uso de medios de transporte particulares y fomento de los medios de transporte públicos (especialmente el tren) de pasajeros y mercancías, tanto urbanos como interurbanos.

Madrid, 9 de marzo de 2024

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